La huella digital que van dejando los datos digitales se han convertido en la gallina de los huevos de oro, por ello, es imperativo aplicar buenas prácticas de seguridad, vigilar con quién o qué entidades se comparten los datos y el uso e interacción de éstos con las herramientas digitales. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los ciberataques tienen este cometido, hacerse con grandes cantidades de datos para luego monetizarlos, debemos ser cautelosos.

De hecho, todo esto se vuelve más complejo en el momento en que pasamos de tener nuestros datos alojados en equipos locales y entornos mucho más aislados, a tener nuestros datos en varios entornos cloud y en múltiples servicios. Este cambio no hace más que dificultar el control y la definición de los perímetros de seguridad. Esto se convierte en oportunidades para los ciberdelincuentes para encontrar puntos de entrada y vulnerabilidades. Ser capaces de generar grandes datos a este nivel facilita extraordinariamente la forma en la que las empresas operan en sus vertientes tecnológicas. La forma en la que interviene un técnico es

Por otro lado, es igual de importante tener presente la vigilancia dentro de nuestros sistemas para detectar anomalías, y poder actuar en consecuencia, en el momento que se pueda estar produciendo una vulneración o intento de ciberataque. Existen multitud de herramientas para ello, algunas con inteligencia artificial integrada que ayudan a detectar el ciberataque incluso antes de que se produzca.

 

Prácticas para prevenir ciberataques

Llegados a este punto, te damos las claves de cuatro de las mejores prácticas de ciberseguridad que deberás adoptar en tu empresa para llegar a lo más alto.

Número uno Atención en entornos externos

Poner especial atención a los entornos cloud y servicios con los que operamos. Es imprescindible para ser competitivo, utilizar tecnología que nos facilite nuestro día a día. Sin embargo, tenemos que ser cautos y analizar adecuadamente donde y como se almacenan datos que pueden ser de relevante importancia para nuestro negocio.

Número dos Prevención interna

No bajar la guardia en nuestros sistemas de información internos. Debemos de disponer de las herramientas adecuadas para securizar nuestro entorno de información, en especial con mayor foco en aquellos datos que son más críticos.

Número tres Vigilancia constante

Establecer procesos de vigilancia y respuesta rápida en el caso de detectar actividades sospechosas e inusuales. Con has herramientas adecuadas, debemos de ser capaces de determinar aquellos procesos y movimientos en nuestros sistemas que podamos considerar como potencialmente peligrosos y poder tomar las acciones adecuadas.

Número cuatro Prácticas en formación y en concienciación

De nuevo, la mejor de todas va a ser una correcta prevención que parta del conocimiento y ética por parte del personal implicado.

Pin It on Pinterest

Share This