El QA (la calidad asegurada) es un componente del ciclo de vida en desarrollo de software, utilizado para garantizar que el producto final cumpla con los requisitos especificados y ofrezca una experiencia de usuario sin fallos. De hecho, QA no es solo una fase del desarrollo, sino un proceso continuo que abarca diversas actividades técnicas como la revisión de código, pruebas de integración, auditorías de seguridad y pruebas de rendimiento. Por ello, la implementación efectiva de QA testing es esencial para minimizar riesgos y asegurar que el software funcione de manera correcta en cualquier fase del proyecto.
A continuación, repasamos las mejores prácticas de QA que deberías tener presentes:
#1- Automatización de pruebas.
Las pruebas automatizadas permiten realizar verificaciones repetitivas y exhaustivas sin intervención manual, lo que incrementa la precisión y reduce el tiempo de prueba. Por ejemplo, herramientas como Selenium, JUnit y TestNG se utilizan para crear suites de pruebas que pueden ejecutarse en cada iteración del desarrollo.
#2- Prueba de regresión.
Cada vez que se introduce una nueva funcionalidad o se corrige un error, es esencial realizar pruebas de regresión para asegurarse de que los cambios no afecten las funcionalidades existentes. Las pruebas de regresión automatizadas pueden integrarse en los pipelines de Integración Continua (CI), permitiendo detectar problemas a medida que se desarrollan nuevas versiones del software.
#3- Revisión de código.
Las revisiones de código no solo permiten detectar posibles defectos, sino que también ayudan a identificar vulnerabilidades de seguridad. La implementación de revisiones de código regulares, apoyadas por herramientas de análisis estático como SonarQube, puede mejorar significativamente la calidad del código y prevenir posibles problemas antes de que lleguen a producción.
#4- Pruebas de rendimiento.
Las pruebas de rendimiento son cruciales para garantizar que el software aguante la carga esperada en producción. Esto incluye pruebas de carga, estrés y escalabilidad, que ayudan a identificar ineficiencias y a mejorar el rendimiento del sistema.
#5- Testing de usabilidad.
Este es esencial para asegurar que el software sea fácil de usar. Aunque las pruebas técnicas son vitales, la experiencia del usuario final es un factor decisivo para el éxito del software. Métodos como pruebas con usuarios reales o la evaluación basada en criterios de diseño son técnicas efectivas para mejorar la usabilidad.
Un proceso de QA bien estructurado y continuo es clave para desarrollar software. Implementar estas prácticas de QA testing no solo ayuda a garantizar la calidad del software, sino que también reduce los costes asociados (por ejemplo, si hubiera que hacer correcciones posteriores al lanzamiento), además de minimizar el riesgo de fallos críticos en producción.
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